
Los korreds viven en la Bretaña francesa, aunque también es posible verlos por los Pirineos y por la zona de Cornualles. Se los conoce también como los elfos o los enanos de los dólmenes, pero no hay que confundirlos ni con los elfos ni con los enanos. Según algunas leyendas, fueron ellos los que construyeron los menhires y los dólmenes, o quienes transportaron esas enormes piedras a los sitios en los que llevaban ya tantos siglos colocados. Los korreds poseen una gran fuerza y comparten con los elfos algunas aficiones, como el gusto por las danzas alrededor del fuego. Su aspecto puede ser aterrador, pues tienen los ojos brillatnes y rojos, la piel oscura y el cuerpo contrahecho. Son jorobados, miden entre 30 y 90 centímetros y en lugar de pies tienen pezuñas de cabra. También les gusta mover mucho las manos, y en lugar de dedos poseen garras de gato. Los korreds vivien en cuevas que ellos mismos construyen debajo de los dólmenes, de modo que reciben de las piedras facultades adivinatorias. Hay quienes piensan quu son magos y profetas, y en otro tiempo conocían el lugar exacto en el que estaban escondidos algunos fastuosos tesoros. Pero hace ya muchos años que nadie ha vuelto a ver a ningún korred. Dicen que todavía exissten, pero ocultos bajo la tierra, exilidados de un mundo cada día más artificial.